Cuando hacer política cuesta la vida
‹ 26 / 08 / 2018 ›
Gustavo Meixueiro Nájera
Consejero Presidente del IEEPCO
Twitter: @gmeixueiro
El pasado viernes tuve la oportunidad de participar en la presentación del libro “Cuando hacer política te cuesta la vida. Estrategias contra la violencia política hacia las mujeres” editado por la doctora Flavia Freidenberg y la magistrada Gabriela del Valle, especialistas en temas de género en el país y en América Latina.
La obra es un esfuerzo colectivo entre las instituciones y la academia para denunciar y entender un problema presente en nuestras democracias: la violencia que padecen las mujeres por el hecho de ser mujeres al querer participar en política. Este libro representa una herramienta básica y fundamental para que, academia, especialistas e instituciones reflexionemos sobre políticas públicas que puedan mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. En este caso, el de las mujeres que participan o quieren participar en el espacio político de toma de decisiones.
El libro fue publicado el año pasado y participan 22 destacados autores, hombres y mujeres con distintas formaciones profesionales que unieron esfuerzos y conocimientos para abordar uno de los problemas sociales que laceran a la democracia y a la sociedad. Los artículos que comprenden este texto están organizados en capítulos donde se analizan desde herramientas conceptuales, marcos normativos en América Latina, estrategias para hacer frente a la violencia política en contra de las mujeres y estudios de caso que se han presentado en países como Bolivia, Perú o en México, en Chiapas y Oaxaca.
Las editoras del libro tienen claro que, para poder resolver un problema, es necesario primero nombrarlo, y ellas lo refieren con cada una de sus letras. Así, en su primer apartado este libro resuelve preguntas de partida como ¿Qué es la violencia política en razón de género? ¿En qué momentos puede darse este tipo de violencia? y ¿Cómo identificarla?
En la obra se evalúa la normatividad sobre el acoso y la violencia política contra las mujeres en América Latina. Hacer política comparada como la que vemos en este apartado nos permite realizar diagnósticos sobre lo que pasa en otras latitudes. Es útil hacer contrastes para identificar cuáles son las leyes más efectivas para combatir la violencia, así como conocer cuáles son las tendencias en el mundo, lo que resulta de gran aporte para las y los lectores.
En el libro no sólo se habla de preveer la violencia de manera normativa, sino se insiste en que se debe apostar por la participación de la sociedad para su erradicación. Tener leyes que sancionen este tipo de conductas es sin duda alguna un avance, pero lo es más que la sociedad entera rechace y denuncie malas prácticas en contra de las mujeres en el ámbito político. Esta perspectiva es para mí uno de los mayores aportes académicos de la obra.
Ningún sistema político que se considere democrático puede permitir la violencia hacia las mujeres o ser omiso ante esta. El Estado mexicano debe dar las mismas oportunidades de desarrollo a hombres y mujeres y por ello es necesario que las instituciones tengan esta nueva perspectiva de atender los problemas con un enfoque de género y de prevenir, combatir y erradicar la violencia política en cualquiera de sus manifestaciones.
Una de las partes del libro que me parecen más importantes es la que refiere los estudios de caso. Porque cuando hablamos de violencia política contra las mujeres no tratamos de ideas o cosas abstractas, se trata de vidas, de historias, de mujeres de nuestras comunidades que sufren este tipo de violencia. Cada una de ellas tiene un nombre y una experiencia, que en muchos casos, les ha marcado la vida.
Darle identidad a algunas de estas mujeres que han estado en dicha situación es una labor que hacen de manera excepcional algunas autoras que señalan, entre otros, casos que desafortunadamente han ocurrido en nuestra entidad. Así, se puede señalar que la violencia política en contra de las mujeres no es propia de un país, región o un continente. Esas batallas de las mujeres porque se les reconozcan derechos, entre ellos los político electorales, han sido libradas en todo el mundo y continúan.
Como sociedad, debemos dejar de pensar que la violencia política contra las mujeres es algo normal. Que las mujeres no puedan competir políticamente en condiciones de igualdad, que las militantes pierdan sus derechos políticos, que les retiren las candidaturas o que las hagan renunciar cuando están en el cargo, no es algo normal. Esto no debe suceder. Esto lo hemos comenzado a procesar como sociedad hace poco tiempo y no podemos dar marcha atrás. Este libro es un recordatorio de nuestro problema y de que es importante encontrar soluciones al mismo.
Debemos entender que la violencia política de género no es un tema solamente de las mujeres, es un problema social, un problema para nuestra democracia. La violencia política contra las mujeres nos afecta a todas y todos porque limita que las mujeres hagan un buen trabajo como políticas de profesión, atenta contra el estado de derecho y eso tiene consecuencias para la ciudadanía. Erradicarla nos hará tener una mejor sociedad, un mejor país, y por supuesto un mejor Oaxaca.