¿Cómo y para qué se realiza la fiscalización electoral?
‹ 13 / 09 / 2016 ›
Gustavo Meixueiro Nájera
Consejero Presidente del IEEPCO
Twitter: @gmeixueiro
La fiscalización es una de las tareas más importantes de las instituciones electorales, ya que lograr que en las campañas políticas se haga un uso controlado de los recursos públicos y privados es esencial para tener equidad en la contienda. También, esta tarea es de las que más ha evolucionado por cambios constantes que buscan que la misma se haga de forma eficiente, expedita y se encuentre disponible lo antes posible para consulta de la ciudadanía. Es por ello, que se han desarrollado programas donde en tiempo real dichos actores reportan sus gastos, la llamada fiscalización en línea.
La ley señala que los partidos políticos así como las candidatas y candidatos deben informar al Instituto Nacional Electoral (INE), cuánto dinero gastaron en sus campañas políticas, cómo lo gastaron y de dónde provienen dichos recursos. Estos trabajos se realizan al mismo tiempo en que se desarrollan los procesos electorales.
Derivado de la reforma de 2014, corresponde el INE auditar tanto las campañas federales como las locales; ésto durante las etapas de precandidaturas; candidaturas; candidaturas independientes; además fiscalizar coaliciones; organizaciones que aspiran ser partidos políticos y organizaciones de observadores electorales. La cantidad de información y de seguimiento a la misma, representa un desafío importante en términos de recursos materiales y humanos, así como del uso de tecnología para ayudar en las tareas. Por ejemplo, en el proceso electoral 2015-2016 hubo 1,175 puestos de elección y fueron registrados 8,271 candidatas y candidatos, cifras que dan cuenta de la complejidad del tema.
Si bien existen varios retos importantes en materia de la fiscalización, me parece son dos los temas apremiantes. El primero tiene que ver con la responsabilidad de los actores políticos y partidos en cumplir con la ley; el segundo tiene que ver con la consulta que la ciudadanía puede hacer de dicha información, pues la máxima publicidad y rendición de cuentas es tarea de todas y todos.
El cumplimiento con la fiscalización implica realizar en tiempo y forma los reportes que deben ser remitidos a la Unidad Técnica de Fiscalización del INE para su análisis. Es cierto que los trabajos y actividades que se desarrollan durante los procesos electorales dificultan dar seguimiento a esta exigencia, sin embargo, debe ser una prioridad para partidos, candidatas y candidatos dotarse de un equipo de trabajo que realice esta importante labor.
Más allá de las posibles sanciones que hay en caso de no cumplir con la fiscalización, las cuales pueden ser multas o la pérdida del registro de las candidaturas, el compromiso con la rendición de cuentas es una señal inequívoca de una clase política comprometida con la consolidación democrática, por lo que es importante que se dé cabal cumplimiento a lo mandatado. Esta labor también debe ser una prioridad para los partidos y el resto de candidaturas en el ámbito de sus competencias.
Sobre el segundo punto, resulta fundamental que la ciudadanía se involucre en la rendición de cuentas y la fiscalización; tener disponible estos datos fomenta el voto informado, los reportes de fiscalización están disponibles para su consulta y las herramientas de trasparencia cuentan con un diseño ágil para su uso. Es cierto, estos datos contables son técnicos por naturaleza; sin embargo, pueden ser un importante insumo de investigación para periodistas o investigadores.
Si bien la fiscalización promueve la equidad y la transparecía, toda esta tarea para tener información expedita tendrá un mayor valor si los futuros votantes la consultan y hacen con base en ello un análisis de la actuación de partidos, candidatas y candidatos, tomando así decisiones mejor informadas.